RISA LOCA

Ezequiel es un hombre que necesita de la risa para vivir. Representa al ser humano en su estado más puro, la dualidad y la obsesión…. Tras una infancia marcada por el rechazo familiar gracias a sus orientaciones sexuales. Ezequiel desarrollo una personalidad paralela que refleja sus frustraciones infantiles generando una obsesión por la infancia y su inocente alegría. Dicha actitud se manifiesta mediante su profesión, a través de un payaso que provoca risas en los niños y que le sirve para compensar su desequilibrio emocional. Sin embargo, la constante decadencia de la sociedad se refleja en la ausencia de alegría y diversión por parte de sus espectadores que cada día se vuelven más insensibles y ajenos ante su acto escénico. Al percatarse que el motor principal de su vida se está extinguiendo, su alter ego despierta para llevar a cabo su oscuro plan el cual ha sido preparado hace años y que principalmente consiste en robar la risa de niños para su supervivencia. Luego de su último fracaso como payaso en un escenario; Ezequiel se propone crear una maquina capaz de robar la risa humana y absorberla inmediatamente, prolongando su existencia en un mundo triste y vacío que olvido y remplazo la felicidad y la alegría. Esta magnífica maquina le proporciona el elemento vital del ser humano: la risa, y de esta forma la implementaría en su explicita selección de niños que alguna vez se habían deslumbrado y hasta llorado de la risa con sus actuaciones. Para esto cargaba permanentemente con su pluma y su agenda que le permitían registrar en detalle los comportamientos de cada víctima y a su vez servirle de herramienta para la ejecución de su macabro plan. Tras el dolor, la decepción y la ira, el día llego. Un niño, una pluma, cuerdas y una extraña máquina que transporta líquidos. Toda la risa ha sido capturada, toda la risa ha sido transportada. Un hombre, una dualidad, psicópata y payaso, un solo objetivo: sobrevivir!. Toda una vida llena de felicidad y dolor, de locura y depresión. Una sociedad, una cultura, un solo ser reflejado en un instaste, en una sobredosis de risa y de llanto, de evolución y perdición, de muerte y rebelión.

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Sabrina Borrero