TENTACIÓN

Siempre habrá tentación en el paraíso, algo que nos hará caer. El entender que ceder ante ella conlleva consecuencias. Tener que luchar entre el corazón y la razón, el bien o el mal, el deber o el querer. El anhelo de lo que tú mismo te has prohibido te hace ansiar más el pecado. Eso que hace monstruosamente tentador lo ilegal. Librarse del deseo, dejando de resistir, porqué de puede resistir a todo menos a la tentación. Y caer, perder las formas, ir directos a estamparse y no frenar, acelerar, quemarse, pero valió la pena.