Guilty Pleasure

Monique Lhuillier es una marca conocida principalmente por sus vestidos de novia. El ADN de esta casa de diseño es la sofisticación, lo moderno, lo glamuroso y lo romántico. Para la creación de una fragancia de Monique Lhuillier, dirigida a las novias, se tomó como concepto: la sensualidad de las cosas. Un guilty pleasure es aquel placer que suele ocultarse a los demás, algo que disfrutas pero no necesariamente admites. Por eso el nombre, el perfume representa ese guilty pleasure de la mujer. El resultado es un perfume que combina la elegancia y lo etéreo que suele ser una novia, con el lado oculto del placer por la sensualidad masoquista. El aroma es fuerte y seductor, y su líquido es rojo oscuro. El frasco es elegante, de vidrio con cortes refinados y con un atomizador. Al mismo tiempo, es seductor, debido al mango del atomizador, que forrado en cuero negro, crea una forma de látigo, evocando el sadomasoquismo. Por otro lado, el empaque, invoca una sensualidad más angelical y romántica, pues este es un bouquet cuya base es de tul blanco, una de las telas más utilizada en los vestidos de Monique, y las flores son rosas rojas, las flores mas seductoras.