María Juliana  Pelaez Sanclemente

María Juliana Pelaez Sanclemente

Marketing y Comunicación de la Moda
LCI Bogotá

En guerra

Vogue en la Primera Guerra Mundial.

La Primera Guerra Mu

La Primera Guerra Mundial, una de las peores de la historia, fue una lucha entre las potencias de Alemania, el Imperio austrohúngaro, Italia y la Triple Entente; conformada por Inglaterra, Francia y Rusia. Este conflicto bélico fue precisamente el escenario de fondo del que se sirvió la revista Vogue, pues sus páginas no solo reflejaban la historia del siglo o de la moda sino que sus portadas mostraban el contexto de aquel tiempo. En esa misma línea, se apreciaba el trabajo de artistas, ilustradores y fotógrafos, así como la evolución de la sociedad. Con la entrada en circulación de la versión inglesa, las portadas se impregnaron de arte que evocaba la moda de comienzos de siglo. El artista español Eduardo Benito fue uno de los más destacados, plasmando su estilo cubista en la cubierta de Vogue. Sin embargo, la influencia en la vestimenta de las mujeres no se detuvo allí. África apareció sobre la mesa de edición y los viajes de las familias más poderosas de Europa para realizar safaris de caza se convirtieron en una fuente de inspiración, en pleno auge de la colonización europea en el territorio africano. Mientras Francia dominaba Marruecos e Inglaterra, Egipto; surgió la necesidad de una nueva moda que se adaptara al estilo emergente, ya que los atuendos de las mujeres resultaban demasiado incómodos, lo que fomentó la desaparición de los vestidos largos, las telas tiesas y los corsés.

En mayo de 1914, Vog

En mayo de 1914, Vogue dedicó una portada de su edición inglesa a las enfermeras que atendían a las víctimas de la guerra, exaltando la labor incansable de estas mujeres. Pero el conflicto, lejos de terminar, comenzó a demandar más combatientes y reclutó a toda la población civil masculina, lo que obligó ineludiblemente a las féminas a ocupar los puestos de trabajo de los hombres. Esto redundó en un cambio drástico en el estilo de vida, la apariencia y el vestuario femeninos: fumaban en público, cortaron su cabello para mayor comodidad y sustituyeron los vestidos por pantalones. Por otro lado, las hostilidades no fueron un freno para la moda en París, los desfiles se celebraban en plena guerra y con las tropas alemanas a tan solo kilómetros. El pensamiento colectivo de la industria era que si iban a morir lo harían con estilo y usando la última colección de la temporada. De hecho, esta idea inspiró la portada de octubre de 1928 donde mostraban a dos elegantes mujeres que alzan su mirada al cielo con una expresión terrorífica en sus rostros, como quien espera la muerte, mientras aviones de guerra sobrevuelan la Ciudad de la Luz. De este modo, de las atrocidades de la Primera Guerra Mundial emergió una nueva mujer cuya figura comenzaba a cobrar fuerza e importancia en la sociedad de los años veinte, algo que Vogue aplaudió al darle más protagonismo en sus primeras páginas.

La Primera Guerra Mu
En mayo de 1914, Vog